! Hola !
En el mes de diciembre se organizó el siguhiente concurso Literario
CONCURSO
LITERARIO IES RURADIA. CURSO 2014-2015.
Modalidad:
En prosa.
Tema:
Libre.
Extensión:
Mínimo: un folio manuscrito por una cara.
Máximo:
tres folios manuscritos por una cara.
Premios:
Uno y dos menciones.
Obsequio
y publicación web.
Plazo:
Podéis entregar vuestros textos hasta el último día de clase de la
primera evaluación (19 de diciembre).
Jurado:
Recogen y evalúan los profesores del departamento de Lengua:
Mariana, Joaquín y Aurora.
El escrito
en prosa puede ser un texto narrativo, descriptivo, expositivo,
argumentativo... y se entregará manuscrito en folio con una
presentación aceptable que contenga los datos del participante.
y los Relatos ganadores fueron:
AIXA
Todo empezó hace cien años,
cuando nadie sabía lo que iba a ocurrir. Nadie pensó en el futuro,
ni las consecuencias que esto tendría. Ella solo pensaba en sí
misma y en la gente que creería sus mentiras, pero no en la gente
humilde que la rodeaba. A mi familia no la convencieron con aquellas
historias que parecían tener un gran futuro. Lo perdieron todo, pero
solo les bastaba con estar unidos y estar siempre juntos. Al final
¿de qué sirvió? Nuestro planeta quedó completamente arrasado, sin
nada ni nadie con vida. Pero ya saldrían adelante como tantas veces.
Y así comienza esta historia:
Érase una vez, hace mucho
tiempo, una chica llamada Aixa que pertenecía a una familia muy
importante, ella siempre era muy amable y cariñosa con las demás,
tenía catorce años, y vivía en el centro de una pequeña aldea.
Aixa , como era hija única, siempre estaba aburrida, y un día
decidió ir a dar un paseo por el bosque que rodeaba la aldea sin
avisar a sus padres. A ella le encantaban los animales y al ver a una
liebre corriendo, fue tras ella. La liebre se metió en una oscura
cueva pero continuó persiguiéndola sin darse cuenta de que entraba.
Aixa apareció en otro bosque completamente diferente al que había
ido a pasear, en él había un río de agua turbia que desembocaba en
un pequeño lago que desprendía burbujas de colores. Todo estaba
rodeado de campos de trigo que no parecían tener ni principio, ni
final. La chica continuó caminando durante horas... hasta que se
topó con una casita vieja y deteriorada. Llamó a la puerta pero
nadie le contestó, así que volvió a llamar. De repente la puerta
se abrió y entró algo cofusa. Cuando ya tenía su cuerpo
completamente dentro, la puerta se cerró de un golpe y tras esto se
oyó un grito.
Al día siguiente, los padres
de Aixa, Kevin y Lara, muy preocupados, denunciaron su desaparición.
Toda la aldea ayudó en su búsqueda ya que
la chica era muy querida por
todos. Pero no encontraron ni una huella.
Un
año después, cuando tan solo recordaban a la chica sus familiares,
un pastor que conducía a sus ovejas al bosque para que pastaran
encontró el cuerpo de una muchacha tumbado sobre una roca. El pastor
avisó a varias personas que paseaban por allí para que le ayudaran
a transportarla a la aldea. Aquella muchacha permanecía con vida,
pero su salud estaba en estado lamentable. Tras varias horas de
reposo la chica despertó aturdida, sin saber dónde se encontraba y
mucha gente se colocó a su alrededor. Era Aixa, pero muy distinta a
la chica alegre y cariñosa que había sido antes de su desaparición.
Sus ojos, que antes eran verdes y brillantes, se habían convertido
en negros como el azabache, su mirada desprendía maldad y oscuridad,
su personalidad cambió a la de un ser salvaje e inhumano. Por las
noches, cuando ya se encontraba en su casa, gritaba sin parar,
desvelando el sueño de las personas que vivían allí. La gente
pensaba que tenía un tipo de enfermedad o trastorno después de lo
que había vivido en su desaparición; pero no era eso, no era nada
de lo que pensaban. Un ser maligno se había apoderado de su alma y
la atormentaba cada noche. Este ser maligno se trataba de una BRUJA.
Su madre, al enterarse de esto, la encerró en una pequeña
habitación para siempre, para impedir que hiciera daño a alguien.
Un día ella se escapó
sigilosamente sin que nadie se enterase de ello y se fue lejos, muy
lejos, para que no pudiesen encontrarla. Llegó a una ciudad y
comenzó a contar historias sobre un lugar en el que los sueños y
deseos se podían cumplir. La gente al principio no la tomaba en
serio, pero cuando empezó a hacer cosas extraordinarias y realizar
un tipo de magia oscura, comenzaron a creerla. La chica les contaba
que si le entregaban sus almas, sus vidas serían eternas y podrían
ir a ese lugar mágico tan especial. En su inicio pocas personas
acudían a ella, pero luego el número de personas se fue
multiplicando hasta que casi todo el mundo estaban bajo su influencia
y quien estaba en su contra, fue eliminado. Cada vez tenía más
poder, lo que hacía era alimentarse de las almas de la gente que se
dejaba manipular fácilmente, para poder vivir eternamente y
convertirse en el ser más poderoso de todo el universo. Pero no
todos eran así, no todo el mundo colaboró con esa bruja que deseaba
hacerse con el poder. Mi familia se ocultó de Aixa durante décadas
en el bosque hasta un siglo. Durante todo ese tiempo se tuvieron que
enfrentar a ella innumerables veces, unos daban su vida para salvar a
otros. Nuestra familia era muy grande, siempre estaban unidos y
buscaban métodos de superviviencia.
Todo acabó cuando Aixa buscaba
a las únicas personas que quedabn sobre la Tierra, para
transformarse en el ser más vigoroso jamás existido, pero era hora
de pararle los pies. Kevin un día intentó hablar con ella y hacerla
entrar en razón. Pero ella seguía con sus planes de hacerse reina
del universo. Cada día que pasaba ahora se debilitaba y su vida iba
perdiendo fuerza, así que Kevin aprovechó para librarse de ella.
¿Cómo? Muy fácil. Como a cualquier bruja, quemándola en la
hoguera. ¿Y sabéis por qué a Kevin no le afectó? Porque sabía
que su hija no había muerto. La verdadera Aixa se encontraba en otro
lugar en el que estaba prisionera, esperando ayuda, y que podía
contemplarlos a todos. Que intentaba comunicarse con sus gritos cada
noche y decirles que seguía viva y que permanecía en una diminuta
casa rodeada de campos de trigo, en otro bosque completamente
distinto al que rodeaba a la aldea.
Y así acaba mi historia:
Yo sigo prisionera en este
oscuro lugar, donde el tiempo no existe y donde el mal es lo único
que se puede respirar, junto a las personas que creyeron al ser que
se hizo pasar por mí. Esperando a que alguien me aleje de aquí para
siempre.
Enseñanza: Estanto la familia
unida se puede superar cualquier problema.
Fin.
MARILÓ RENTERO GARCÍA. 2º B.
HERENCIAS
DE UNA VIDA.
Hola, me llamo Enrique y tengo
dieciséis años y he vivido tres semanas secuestrado por terroristas
en Siria, mientras a mi alrededor estallaba una guerra. Pero para que
podáis entender mi aventura, mejor que empiece por el principio.
Todo empezó en un día muy
especial para mí, ya que era mi cumpleaños.
Yo estaba en casa de mis
abuelos paternos esperando que llegaran mis padres. Mi abuela
cocinaba una tarta para mi cumpleaños y mi abuelo estaba en su
taller, es decir, una pequeña cochera pegada a la casa. Intenté
ayudar a mi abuela en la cocina, pero me echó de mala manera ya que,
como dice, siempre estropeaba cualquier comida, así que decidí ir a
ver a mi abuelo al taller.
Mi abuela era una persona con
mucho carácter, que se había casado con un viejo lobo de mar y
había tenido a un único hijo. Mi abuelo era testarudo e
inteligente, con unos ojos azules como el mar y con lo que quedaba de
una gran melena rubia.
Mi abuela siempre me miraba con
ojos llenos de ternura, porque ,como dicen, soy igual a mi abuelo en
todos los aspectos.
Soy bastante rubio, mi color de
piel es tan claro que parece que me voy a quemar de un momento a otro
cuando me da una pizca de sol; mis ojos son grandes y de un color
azul profundo como el mar y tamibén soy alto e inteligente.
Cuando llegué al taller mi
abuelo estaba arreglando una vieja moto y como me suponía, ese iba a
ser mi regalo de cumpleaños, aunque por mi edad, no podría
conducirla y mis padres tampoco me dejarían. Salí del taller
bastante feliz con la moto en mi posesión, mi alegría parecía ser
infinita, hasta que llegaron al momento mis padres y me prohibieron
tajantemente montar en ella.
Aunque parecían enfadados, se
les veía un brillo especial en los ojos, que no pude descifrar hasta
que no me dijeron la gran sorpresa; nos íbamos a Siria a celebrar mi
cumpleaños mañana. Estaba loco de euforia, pero me intenté calmar
porque un chico de casi dieciséis años no puede emocionarse como si
tuviese tan solo cinco.
Cuando llegué a mi casa, ya
era de noche y subí a mi cuarto a hacer la maleta y acostarme.
Pensaba que iba a tardar mucho en hacerla pero en menos de veinte
minutos ya estaba acostado a oscuras, intentando dormirme; pero, por
la emoción que tenía, sabía que no iba a pegar ojo esa noche.
Por fin mi despertador sonó y
me levanté rápidamente. Cuando estábamos todos listos nos pusimos
en camino al aeropuerto. Del viaje no puedo contar mucho, ya que me
dormí todo el vuelo. Los tres bajamos del avión y, mientras mis
padres cogían el equipaje, yo fui a la cafetería del aeropuerto
para pedir algo de comer. Todo iba bien hasta que, mientras pagaba mi
comida, llegaron siete hombres, con pasamontañas y metralletas en la
mano.
Yo estaba asustado y no podía
dejar de pensar que este podía ser mi fin, ya que en la cafetería
habían matado a dos mujeres, tres niños y cinco hombres. Y uno de
los asesinos venía hacia mí con la metralleta en alto, pero algo
debió de pasar porque en vez de matarme, me dieron un fuerte golpe
en la cabeza y me desmayé.
Cuando desperté estaba en lo
que parecía una cochera abandonada, atado de pies y manos con la
única compañía de un par de ratas.
Esa era mi única compañía en
lo que fue de día, pero por la noche aparecieron tres encapuchados,
uno era el que me había secuestrado, lo sé porque tenía un tatuaje
en el brazo y los otros dos, no los había visto en mi vida.
Lo primero que hicieron fue
pegarme una paliza y escupirme y decirme una palabrota en un idioma
extraño.
Después de dejarme tirado en
el suelo jadeando de dolor, me pasaron un plato de lo que parecía
sopa y pan, y se largaron dejándome allí.
Llevaba dos semanas encerrado
cuando oí disparos y bombas, gente gritando y niños llorando.
Los disparos pasaron y vi
alguien entrar por un pequeño agujero, esperaba que fuera la muerte
disfrazada en el inocente cuerpo de un niño, pero cuando entró era
un niño de seis o siete años, muy moreno, que me miraba con ojos de
incredulidad.
Rápidamente intenté hablar
con él, diciéndole que me desatara y me llevara a algún lugar
seguro. Rezando a todos los dioses que conocía que me entendiera y
se ve que mis plegarias surtieron efecto porque el chico sacó una
navaja y me desató y una vez libre me llevó a la que parecía su
casa.
Cuando entramos me curaron las
heridas, me dieron de comer y una cama. En todo este tiempo no me
había dado cuenta de que era Navidad y me daba lástima ese pobre
niño que me había salvado y que lo único que tenía para pasar la
Navidad eran escombros y muerte a su alrededor. Gracias a su padre
logré hablar a la policía y estos me dijeron que me estaban
buscando y que mis padres habían muerto.
Lo primero que hice fue ayudar
a la policía a encontrar a los terroristas y lograr llevarlos a la
cárcel.
En cuanto me recuperé
físicamente porque psicológicamente no me podría recuperar nunca,
volví a España y gracias a mis abuelos fundé una organización
para ayudar a esas personas con médicos, medicinas y comida y así
logré ayudar a muchas personas y por eso me dieronel Premio Nobel de
la Paz.
Esta ha sido la historia de mi
triste aventura y no sé si os gustará pero eso no era lo que estaba
intentando transmitir, sino dar a conocer que no todo en este mundo
es felicidad y amor, que más allá de esas palabras hay una realidad
que no queremos ver, pero que cientos de personas tiene que sufrir
casi todos los días.
LORENA MOLINA HIGUERAS. 3ºA.
UNA
VIDA NUEVA.
Lucía era una adolescente de
quince años. Tenía dos mejores amigas: María y Susana.
Las tres se contaban todos sus
secretos, eran como hermanas.
Una mañana Lucía iba para el
colegio, cuando al pasar por el paso de peatones, un coche la pilló.
Lucía quedó tirada en medio de la calle, el coche se dio a la fuga,
un chico que pasaba por allí llamó a un ambulancia, no se separó
de su lado, se montó con ella sujetándole la mano.
A Lucía la entraron al
quirófano para operarla y mientras Alex se quedó fuera explicándole
a los padres de lucía y a la guardia civil lo que había pasado.
María
y Susana no tardaron en llegar, estaban nerviosas y asustadas.
Pasaros dos horas cuando salió el cirujano del quirófano, les dijo
que la operación había salido muy bien, pero Lucía se había
quedado parapléjica.
Cuando Lucía despertó de la
operación le preguntó a su madre que quién era ese chico, su madre
le explicó lo que había sucedido y que Alex le salvó.
María y Susana se abrazaron a
Lucía. Ella estaba muy contenta. Pero cuando quiso levantarse vio
que no podía. Su madre le dijo que se había quedado parapléjica.
Lucía se enfadó sin razón
con sus amigas.
Alex le dijo a Lucía que se
estaba equivocando con sus amigas, pero ella no razonaba.
Pasado un tiempo, Lucía
regresó a casa y seguía sin querer saber nada de sus amigas y
estaba triste y apagada.
Una tarde su madre la llevó al
parque y vio a María, Susana y Alex y se echó a llorar, los abrazó
y les pidió perdón. Desde entonces todo vuelve a ser normal en la
vida de Lucía.
IRENA DEUTOR . 1º A